lunes, 30 de junio de 2008

Por mi, Lucas

Extraño tus manos grandes, mas grandes que las mias, que se me apretan fuerte tratando de robarme mis dedos y se esconden en tus pantalones cuando caminamos juntos, extraño tus ojos tiernos, mas calidos que los mios, que me miran como un niño, robandome de a poco, extraño tu sonrisa chueca que no se asoma facil, pero que ahuyenta todos mis males, tus caricias torpes por la mañana para despertarme, tus gestos pausados y tu interminable seriedad. Extraño la idea de ti, tu imagen en mi mente me acosa, me busca, me persigue, y dulce tortura mia la dejo atraparme, bajarme a tierra lentamente y elvarme en un apuro.

Se que no siempre estas contento, se que esta distancia t hace daño, y ya te dije, el amor es egoista, nos quieres solos y juntos, con nadie mas que nosotros para entretenernos, con nadie mas que nosotros para salvarnos, con nadie mas que esta soledad que nos invade en la separacion de los cuerpos, pero al igual que los cometas, viajo raudo a tu encuentro, con cada palabra tuya, cada suspiro y respiracion cortada, te veo y no me dañas, me alegras, me llenas, me subes el alma a los mas infinitos cielos.

Lo que yo te ofresco es el agua del diablo, trago bien amargo, que no debe ser tomado a la ligera, no te pido que tomes ahora, pero quiero que recuerdes, que cada cierto tiempo, puedes mojar tus pies en ella, asi podras acercarte un poco a la isla que me encuentro, asi podras salvarme como tantas veces lo has hecho, y es que lo que aun no comprendes, es que yo tambien soy egoista, y te quiero para mi, y nadie mas, te quiero solo para mi, y te pido esto, solo por mi.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es un texto que no esperé leer de ti; mejor dicho, si hace tres o cuatro meses alguien me hubiera dicho que escribirías una cosa como esta, no me la creo.
Conociendo las circunstancias, leo con agrado, disfruto hasta la última palabra y celebro esta prosa azucarada que creo que será tu tónica por estos días, semanas y meses.
Me gustó eso de que 'el amor es egoísta'; cuando el amor se vive entre dos, uno potencia esa idea pensando en que cada segundo cuenta para vivir en la unión, y descarta todo cuanto está alrededor. Uno mismo convierte al amor en egoísta, y acomoda mucho...
Cuando me toque a mí pasar por el proceso dulce que vives tú pensaré en tus palabras con más detalle.
Sigue con tu dulce algodón de azúcar en la mano... tu sonrisa es como la de aquel niño que se mancha hasta las orejas con ese azúcar en hilo que tanto le gusta.
Saludos!