viernes, 6 de julio de 2007

smoke and mirrors

supongamos por un minuto que las apariencias no son todo.

supongamos por un minuto que la vida no es solo lo que salta a la vista

supongamos que ser es algo distinto de reflejar

que nos queda??

la triste verdad??

la soledad absoluta??

o la devastadora ignorancia del ser??

no voi a ser honesto, no es mi especialidad, soy mas bien el tipo de "smokes and mirrors and doublecrossing", soy, parodiando la pelicula, un natural born lier, pero algo de conciencia me queda, y me dice que la vida vale algo mas que todo esto, aunque claro, he estado equivocado antes, mas bien pienso, que no es solo esto, es esto y algo mas, y es mas es lo que queremos ser, pues si bien proyectamos ser algo, tambien queremos ser algo, de lo cual nunca estamos muy seguros (y por eso culpo a MTV), de ahi la base de todos los realitys, vemos a alguien que no conocemos, pensamos que es alguien que puede o no ser, y lo creemos como tal, de esa forma somos felices imaginandonos la vida ficticia de alguien que no es quien dice ser ni es quien creemos que es. Al final, somos todos asi, y no me importa que digan que son abiertos de mentes, nunca creerian quien soy ni tampoco se aceptaran como son, y la vida sigue girando.

every good magic trick has 3 parts
the first is called the promise
where you take something ordinary
the second part is called the pledge
there you make that something ordinary dissapier
but thats not enough
you have to bring it back
and thats called the prestige.

3 comentarios:

Magnolia dijo...

Es difícil ser cínico todo el tiempo. Pero debo reconocer que con un buen poco de práctica casi no se nota cuando uno lo es, o deja de serlo. Y la vida completa se tiñe de cinismo. Un cinismo rico que nos permite proyectar lo que queramos, más allá de lo que somos o lo que dejamos de ser. Y ese velo de desconocimiento nos ayuda a parecer las personas que queremos ser, pero que en realidad no somos.

Los trucos de magia siempre dan la ilusión de ser algo, que finalmente jamás son. Así, las máscaras que portamos siempre dan la ilusión de que somos alguien distinto de quien va detrás. Sería interesante quitarse ese disfraz y encontrarse con que en realidad el escondite es innecesario, porque sí somos quienes pretendemos ser, para bien o para mal. Desgastaría mucho menos así.

El problema que encuentro es que muchas veces lo que sucede es que es muy difícil quitarse las máscaras. Da la sensación de desarmarse. La solución, creo, está en aceptar que en realidad sí podríamos desarmarnos, y que si en realidad conseguimos quitarnos la máscara para que quien sea merecedor de nuestra exposición, entonces da lo mismo tener que empezar de nuevo, con una cara rota, a armar los trocitos de nuestra identidad. Asusta desarmarse. Asusta saber quien es en realidad la persona que vive detrás de la máscara, asusta aún más que la máscara sea parecida a lo que va detrás. O a que sea tan distinto que se torne irreconocible, eso es tanto peor.

No creo que se trate de ser abierto de mente, sino de paciencia, y de admitir que no porque yo vea algo que no entienda detrás de un disfraz ajeno al mío, deba preferir esconderme tras él por lo mismo.

Por cierto... Quizás sí hay personas que saben quien eres, porque no necesitan esconderse detrás de nada para hablar contigo.Eso funciona a ambos lados del asunto. Just a thought.

Magnolia dijo...

Ah! te puse en mis links patudamente... me avisas si te molesta. Cariños!

Natiú

Anónimo dijo...

tengo miedo. recuerdo poco de lo que me hablaste esa noche y em siento como una perra culiada de las peores. te quiero eris mi amigo, que no se te olvide eso.